Te quiero poco, y todo lo demás

jueves, 1 de septiembre de 2011


Por Malala González

Que el amor “tiene cara de mujer” podría ser una verdad de Perogrullo ya dicha, o una simple oda al amor tildado de femenino. Sea como sea, esta frase alude a cierto imaginario social (de sentido común, no más) que refiere a cómo las mujeres solemos sentir, pensar o querer la cuestión amorosa −aún cuando los estudios de género se hayan encargado de aportar sus dicotomías y controversias al respecto−. Ahora bien, aquel imaginario suele caer recurrentemente en lugares básicos o clichés donde el binomio amor/desamor no resulta para nada novedoso. Excepto (y aquí viene lo interesante) que el planteo romántico sea cometido mediante una des-locación: el encontrar a la media naranja puede costar más que un (dis)gusto. Algo de todo esto me surge luego ver Te quiero poco, y todo lo demás, donde se hace alarde del amor, claro que sí, pero desde un lugar distinto. Me refiero a que, con muy buen tino, ésta no resulta ser una obra “de mujeres”, sino que, como primer dato, la dirección y adaptación es llevada adelante por un varón, el joven Juan Arena. Esto, a mi modo de ver, permite que más allá de las vicisitudes y peripecias amorosas (narradas por una dramaturga, Adriana Gómez Piperno) sea esa mirada masculina la que articule toda la obra y la corra del lugar común; aportando así rasgos de originalidad escénica. De esta manera, “Te quiero poco…” nos invita a una historia de diván (muy bien construido desde lo tridimensional y funcional para la escena, violeta bien violeta como el programa de mano) en la cual dos actrices (Cecilia Pertusi y Ximena Seijas) ponen el cuerpo a una catarata de situaciones entrelazadas por el desamor. Mientras que una pianista (Sonia Kovalivker), ubicada en el margen derecho de la escena, matiza oportuna y musicalmente todo instante.

Me gustaría destacar que es una obra muy divertida, donde las actuaciones se presentan bien detalladas, según cada momento y estado de ánimo. Esto permite que el público se ría entusiasmado con la dubitación de Juana, con sus alocadas interpretaciones y con lo que su psico viene aportar o indagar al respecto. De pronto el “poco” cuantitativo sólo es una excusa para contar “mucho” desde lo escénico. Ese querer “poco”, cual “barco hundido” que no tiene remonte, es el puntapié para que el relato avance en un interesante juego con el decir del propio lenguaje. Así es como “poco” a “poco” las metáforas van teniendo cada vez mayor lugar, y el universo del amor parece ser una gran caramelera donde varias golosinas habitan y aguardan el ser elegidas.

Finalmente, la cuestión será la búsqueda por encontrar cuál es la golosina preferida y entablar con ella una relación de gusto, seducción y aceptación. Un relato sobre el amor delicioso, cómico y disfrutable desde lo actoral, lo musical y lo directorial. Por todo ello, no puedo dejar de recomendarla.

Ficha técnica

Dramaturgia: Adriana Gómez Piperno. Adaptación y dirección: Juan Arena. Elenco: Cecilia Pertusi y Ximena Seijas. Música en vivo: Sonia Kovalivker.

http://www.alternativateatral.com/obra20179-te-quiero-poco-y-todo-lo-demas

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