Niñas mal

viernes, 28 de octubre de 2011


Por Mónica Berman

Imagine la sensación de ingresar en el Complejo Histórico de Santa Felicitas. Que le ofrezcan mientras se hace la hora de la propuesta teatral, pasear brevemente por los túneles, observar la lavandería, ver los restos de una antiquísima Buenos Aires.

Luego subirá hasta el lugar donde se desarrolla la obra y esperará disfrutando de escalera y vitraux, maravillosos.

Más tarde, en el momento de ingresar, recorrerá el espacio escénico hasta ubicarse en su lugar y en ese recorrido ingresará en otro tiempo y se preparará para ser parte de una bellísima historia.

La escenografía “armada” está constituida por sillas, en todas posiciones y de todas clases. Objeto que dice de quien se sienta en él, muchas cosas.

Dos mujeres, vestidas de época se encontrarán. Vienen al parecer de distintos lados, pronto comprenderemos: una anda buscando los nuevos caminos que le propone la muerte, la otra, sin saberlo ha dejado la tierra de los vivos.

Ellas son Felicitas Guerrero y Camila O’Gorman, en un encuentro imaginario.

Sus creadores, Natalia Miranda, dramaturga y Leonardo Edul, director, tienen entre manos es una especie de bomba de tiempo, un material sumamente riesgoso y, la verdad, es que asumen el desafío de manera fabulosa.

Construidas desde el lugar de los opuestos, estas dos mujeres van armando el rompecabezas de sus propias historias, jugando poesía y suspenso. Una serie de ingredientes hacen de este trabajo una verdadera joyita, desde la música que surge del piano invisible ejecutado en el país de la muerte, las historias de amor, el bellísimo vestuario (la herida de bala), la acertadísima iluminación, el espacio expandido y ocupado, las valijas con secretos.

Un trabajo sin desperdicios, de esos que quedan grabados definitivamente en la memoria, singular y colectiva.


Compañía Bimbo de Ciruelos.

ELENCO:

Natalia Miranda

Guillermina Schauman



FICHA TÉCNICA:

Espacio: Ángeles Miranda – Sofía Goldaraz

Vestuario: Magda Banach

Iluminación: Matías Sendon

Movimiento: María Clara Maidana

Música original: Leonardo Edul

Clínica de obra: Ricardo Monti

Fotografía y gráfica: Lucía Miranda

Producción ejecutiva: Ximena Hoffman – Larisa Rivarola

Asistencia de vestuario: Manuela Guerrero

Asistencia de dirección: Sofía Ansaldo

Dirección: Leonardo Edul


Sábados, 20 hs. Complejo Histórico Santa Felicitas. Pinzón 1480. Barracas. 40 pesos.

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VIEJO, SOLO Y PUTO


Por Malala González


Mapa de situación: Una farmacia en Wilde, provincia de Buenos Aires, una noche de turno y/o de festejo de recibimiento. Un murmullo que se despliega y se escabulle entre las cajitas de medicamentos. Un colchón verbal flotante se instala. La escena promete. Y cumple. Veamos.

Las estanterías del negocio marcan un recorrido laberíntico prometedor de cura y alivio. El conflicto, entonces, parece ubicarse en ese “estar”, en esa lucha vital que nos hace ser uno y ser otro (o simplemente aparentar). Una atmósfera que oscila entre lo masculino, lo femenino, lo travestido, lo sexual, lo hormonal, lo punzante. Pero ¡ojo! este ambiente no nos hiere, sino que nos atraviesa y perturba de manera tan interesante que la anécdota de aquellos reunidos −preparando la ida a “Mágico”, el boliche de la zona− resulta una excusa para contar mucho más desde lo teatral.

Un primer detalle: El foco directorial de Sergio Boris sobre la actuación de los cinco actores. Ellos, Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss y David Rubinstein, arriesgan con solidez la corporalidad de los roles adquiridos y son capaces de recrearnos los mundos personales de los que provienen, respectivamente. Y si bien todos se lucen, destaco la labor de Aramburu en el rol de Sandra.

Un segundo detalle: La cuestión de género inmersa en un ambiente bien cotidiano. La composición de las dos travestis nos advierte que la búsqueda no ha sido la parodia, sino tan sólo generar un plano de situación verosímil. Es decir, abordan un lugar sensible en el que es posible observar al deseo del cambio corporal como un estado de padecimiento. Esto desata una densidad dramática que se mezcla con la comicidad aportada por los diálogos, la previa a salir al boliche, la pizza y las cervezas, las ganas de no terminar solo y de tener un ratito de amor. Una buena mezcla en la que de pronto, todo está desordenado y difuso, no sólo las estanterías, sino que la noche parece avanzar con niebla. Porque el deseo y la insatisfacción habrán sido los encargados de direccionar la acción… y de desbordarla.

Entonces, ¿padecimientos o la vida misma? Estados abatidos para los cuales ¿existen remedios? Quién lo sabe. Mientras tanto, que la cumbia siga sonando.

Ficha técnica:

Director: Sergio Boris. Actúan: Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss y David Rubinstein. Sábados 23 hs Espacio Callejón.

http://www.alternativateatral.com/obra18989-viejo-solo-y-puto

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