Manipulaciones II: Tu cuna fue un conventillo

lunes, 27 de junio de 2011


Por Mónica Berman

Dos indicaciones verbales nos advierten que no vamos a enfrentarnos a la propuesta de Alberto Vacarezza de manera directa; podríamos decir, no esperamos una reconstrucción arqueológica. La primera advertencia, está en el subtítulo: Aproximaciones a la pieza…, la otra aparece incluyendo esta puesta en una serie mayor: se nos presenta como “Manipulaciones II” (que presupone una anterior, y ¿por qué no, otra que le siga?).

No bien se ingresa en la sala de No Avestruz, comprendemos que la escenografía ha sido eludida, aunque el espacio está léxicamente aludido. Si hay manipulación de los cuerpos, habrá también manipulación verbal: el conventillo está desplegado en las palabras, en el vestuario y en algún que otro gesto.

Una de las cuestiones más impactantes de la propuesta es cómo jugando con el texto dramático de Vacarezza (con un trabajo léxico que opta por no desvirtuarlo) lo hace devenir en otro género. Uno podría decir, si alguien todavía duda de las operaciones de transposición que implica el pasaje de un texto dramático a una puesta en escena, aquí tiene el ejemplo más cabal. Son dos universos distintos, y lo son en todo sentido, excepto, casi, en el de las palabras. Porque además inscribe sus Manipulaciones en el extremo opuesto en relación con lo ideológico, lo que era costumbre, lo que aparecía naturalizado, aquí aparece exhibido y subrayado. Y la clave es cómo lo hace, los personajes (los mismos personajes) dicen (casi) las mismas cosas pero no hay patio de conventillo, los cuerpos ocupan todo el espacio y son cuerpos sujetos - objetos de manera intercambiable (otro dato sumamente interesante es que en la escena todos manipulan y todos son manipulados).

El trabajo es tan exquisito que merece un análisis puntual de cada una de las decisiones que se toman en relación con la manipulación: cuando todos operan sobre un actor (cómo lo toman y cómo lo sueltan), cuando lo hacen solo dos, o uno solo. En ocasiones breves, un actor queda (provisoriamente, ¿en acto de inútil resistencia?) sin que nadie lo manipule; alguna vez, un acto de manipulación deviene abrazo de baile, otra, quien manipula se transforma en asiento… en fin. Cada paso aparece cuidadosamente trabajado, sabiendo que todo acto significa en el sistema de la escena.

Por otra parte, este mecanismo no impide que los actores se luzcan como tales, multiplicando su presencia en tanto personaje y en tanto manipulador.

Como además, no hay “salida” en sentido estricto del campo de visión del espectador, el artificio sigue subrayándose. Y con él, miles de preguntas, sobre el teatro, sobre la sociedad la pasada y la presente, sobre la discriminación bajo múltiples formas, sobre la consideración de la noción de clásico…


FICHA TÉCNICA


Autoría: Alberto Vaccarezza. Adaptación: Gastón Mazieres. Actúan: Patricio Alvarado, Marco Alvarez, Diana Cortajerena, Germán Fonzalida, Claudio García, Natalia Moschettoni, Federico Pérez Gelardi, Luciano Rosini, Claire Salabelle y Agustina Suárez.

Dirección: Diego Starosta

http://www.alternativateatral.com/obra18930-manipulaciones-i-i-tu-cuna-fue-un-conventillo

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Lisboa


Confieso que he viajado

Por Malala González

Un lugar, una guía turística, un mapa urbano poético, un puerto, gente de allí y gente de allá son algunos de los eslabones que presenta la partitura dramatúrgica y escénica creada por Mariela Asencio; la cual sorprende, deleita y sensibiliza. Individuos altamente definidos desde lo emocional que, inmersos en una geografía íntima y cálida, se apoyan sobre un colchón de canciones para mostrarnos la ruta de acceso a sus angustias y frustraciones.

Un lugar: Lisboa. Una canción: el fado. Un estado de ánimo: la nostalgia. Un objeto: la botella (con bebida alcohólica). Una circunstancia: el ser extranjero/ turista/ observador/partícipe...De todo esto nos habla la obra, cual viaje etílico comandado por una guía turística, y secundado por un turista, una prostituta, una Ella (que quiere) y un Él (que la desprecia), una extranjera (que habla en otro idioma) y un músico. Ellos son los instrumentos que van tocando las notas de esta pieza armónica, se la mire por donde se la mire, porque nada disturba.

Así, la anécdota combina una oscilación entre lo general autóctono y lo particular subjetivo de este lugar. Como un viaje que va de lo panorámico −desprendido del qué se puede hacer allí, cómo es su idiosincrasia, qué paisajes nos devuelve la ciudad portuguesa− al viaje individual –a partir de los relatos, perfiles, personalidades, deseos y frustraciones de cada personaje−. Por su parte, la escenografía, las canciones y el vestuario, junto con las siete espléndidas actuaciones completan este relato ficcional que no se regodea por lo que minuto a minuto consigue a nivel narrativo sino que −lejos de ser pretensioso− sorprende y arriesga sobre los cambios ciclotímicos que van del humor a la emoción constantemente. Y este fluir anímico se muestra como una decisión por parte de Asencio, que el público aprueba y rectifica.

Recomendaciones para el viajero: simplemente disfrutar y dejarse llevar por el viaje que se despliega cual pimpollo y desborda su enorme sensibilidad… ¡Oh, Lisboa, Lisboa, qué ganas de estar allí!

FICHA TÉCNICA

Dramaturgia y dirección: Mariela Asensio

Actúan: Raquel Ameri, Facundo Cardosi, Myriam Henne-Adda, Víctor Labra, Marina Lovece, Dolores Ocampo y Ariel Pérez de María.

http://www.alternativateatral.com/obra20097-lisboa-el-viaje-etilico

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La Parka

lunes, 13 de junio de 2011


Por Mónica Berman

Lo primero que me surge decir es ¡cómo crecieron! Ruego se me perdone ese comentario casi maternal pero es cierto. La primera vez que los vi, en 2006, en otro teatro, ya eran originales y estaban llenos de energía. Hoy mantienen ambos rasgos positivos pero han sumado una enorme cantidad de virtudes más.

Una montaña de ojos preside la escena, en un costado la horca con su respectivo ahorcado y en el otro lado, la precaria oficina de Gladiolo.

La radio será la que nos ponga al tanto de las futuras visitas porque, como puede suponerse por el título, éste es el reino de la parka (con k).

Como es un musical es preciso señalar que tanto las coreografías como las canciones son de un nivel espectacular (en su doble acepción, de calidad y de colores flúo).

Sin embargo, no se quedan atrás en el nivel de la dramaturgia y cuentan una historia bien hilvanada, con un humor negro del más puro, con salidas divertidas y originales.

Digamoslo: la muerte quiere fiesta todo el tiempo. Lejos de todo planteo solemne se encarga de engañar / burlar a los recién llegados y de parodiar todo lo parodiable del mundo de los vivos.

El espectáculo prolijísimo y lleno de energía (qué ecuación difícil) funciona de manera armoniosa en todos los aspectos, desde el vestuario, la iluminación, las trampas del espacio para hacer aparecer a los personajes en escena y como si fuera poco hasta se hace un rincón para conmover porque, señoras y señores, también viene con historia de amor.

La función que me tocó presenciar tuvo yapa: dios (Omar Calicchio) bajó al universo de la parka para aportar un poco más de humor (¿era posible?).

Agreguemos que la obra tiene fans, que es una obra de culto. Y bien merecido que lo tiene.

Eso sí, cuando uno sale, mira para todos los costados… no vaya a ser que…¿no?


Ficha técnica:

Texto: Diego Corán Oria

Dirección: Diego Corán Oria y Francisco Scarpelli

Actúan: Jessica Abouchain, Evelina Bubillo, Ezequiel Carrone, Micaela Castelotti, Federico Fernández Wagner, Juan Gentile, Ángel Hernández, Luciana Larocca, Esteban Masturini, Juan Mende, Emmanuel Robredo Ortiz, Roberto Peloni, Ana Rodríguez, Facundo Rubiño y Jennifer Trabilsi.


http://www.alternativateatral.com/obra6228-la-parka-el-musical
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El diario de Carmen

miércoles, 8 de junio de 2011



Por Ana Durán

Tal vez, cualquier vida vista de afuera sea un rompecabezas imposible de armar: retazos y fragmentos que no concuerdan, sin relación causa-efecto, ni real-irreal. Un poco de esquizofrenia cariñosa, de esa que confunde apenas los tiempos y el espacio, el sujeto emisor y el que escucha, la persona y el fantasma. Carmen necesita (y nos necesita para eso, porque somos su público) contarnos que su vida no se puede contar, o más bien que es un intento narrativo que se arma mitad en un cuaderno, mitad para nosotros, pero nunca para ella, porque los fragmentos no van a encajar.
¿Cómo esto toma cuerpo teatral? Desde la explicitación del fragmento hacia el intento de reconstrucción de un todo. Es decir, el espectador no es el testigo de cómo un discurso escénico (y con él sus personajes) se van deshilachando, sino de cómo las hilachas intentan volver a ser un tejido. En El diario de Carmen, nada es del todo lo que parece: ni los objetos ni las cosas. Inclusive se podría hasta dudar de la existencia real de uno de sus personajes (sus movimientos mecánicos, su vaivén entre el sujeto emocionalmente desarmado y el que quiere ser el sostén de la situación).
Alguna vez alguien me dijo: "Estoy cansado de que los actores produzcan actuación, ahora quiero que los actores actúen". Eso es lo que hacen de sobra Gaby Ferrero y Mauricio Minetti, en ese pequeño espacio absolutamente artificial. Ponen sus cuerpos y sus emociones para ser lo más humano que se pueda armar en un lugar inequívocamente evocado e incompleto. Y es ahí donde ocurre lo maravillosamente teatral, en los actores y su peligro, su vulnerabilidad, su necesidad de ser.

El diario de Carmen

Ficha técnica:
Texto y dirección: Luis Cano
Actuación: Gaby Ferrero y Mauricio Minetti
http://www.alternativateatral.com/obra20154-el-diario-de-carmen
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Mujer armada, hombre dormido


Por Malala González

No es la primera vez que Martín Flores Cárdenas realiza una dramaturgia a partir del universo literario de Raymond Carver. Pero en esta oportunidad nos sorprende aún más por cómo logra que su relato adquiera una forma singular y propia, más allá de cualquier hipo-texto sugerido. Algo de aquella ocasión anterior, Quienquiera que hubiera dormido en esta cama, es traspasado para completarse en esta nueva pieza; al tiempo que la estética abordada se afirma sólidamente. Veamos qué sabores y condimentos encontramos entonces en Mujer armada, hombre dormido.
Una escena inicial que nos plantea de manera delicada, sutil y brillante un plan de asesinato. A partir de allí le suceden otras tantas para lograr darle una vuelta de tuerca a esa situación primaria. En cada nueva situación se nos presenta un personaje que ha sido comentado en la escena anterior y así sucesivamente. De manera que el devenir escénico aparece primero desde lo verbal y luego adquiere forma y continuidad en lo inmediatamente representado. Un juego dramático que a medida que avanzamos en los casilleros (o escenas) va adquiriendo mayor sentido. Este sería el primer gustito rico que aparece.
Son historias de vida, de personajes, breves y mínimas. Donde cada vestuario empleado, cada modo de hablar y de moverse nos da un perfil preciso de cada personaje. Y aquí va el segundo ingrediente agradable por destacar: la actuación de Banus, López Moyano, Rodríguez y Pedersoli, quienes se encargan de dar vida a más de cuatro personajes (y no exagero, pues cada uno hace más de uno). Así, cada uno de ellos nos deja ver el propio disfrute de estar haciendo lo que hace, y en ese regocijo aparece un contagio de entusiasmo sobre la platea que contesta con risas y más de una carcajada. Las chicas del elenco se llevan la mejor parte, pues sus personajes permiten mayor claridad de definición entre sí, además de permitirles explotar y hacerse cargo de sus dotes naturales.
Tercer ingrediente óptimo: La poca escenografía/utilería, justa y necesaria para situar y contar algo más sobre estos seres. En ella aparece algo de la rareza de los muebles que Flores Cárdenas apostaba en Quienquiera…, la cual logra, además, transmitir lugar y época de cada situación. Asimismo, esta se encuentra apoyada por el vestuario impecable, la iluminación concisa y la música que embellece a cada imagen que acompaña.
Fin de la función. Salimos contentos, agradecidos, con ganas de recomendar esta pieza corta, pues, como frutilla del postre, les cuento que dura menos de una hora! Tiempo justo para ser deleitada de principio a fin.

FICHA TÉCNICA:
Dramaturgia y dirección: Martín Flores Cárdenas.
Elenco: Ximena Banus, Javier Pedersoli, Laura López Moyano y Germán Rodríguez.
http://www.alternativateatral.com/obra19756-mujer-armada-hombre-dormido
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